Cómo comprar una montaña: la historia de Shames
02/2025

Shames es una historia que demuestra que el todo es más grande que la suma de sus partes. Ante la amenaza de cierre en 2008, sin perspectivas de compra en el horizonte, la comunidad se unió para crear el primer modelo cooperativo en Canadá. My Mountain Co-op, formada por individuos, empresas, sociedades y corporaciones locales, trabajó en conjunto para comprar la montaña en 2011 y operar la estación como comunidad. Hoy, una década después, Shames continúa abierta y sirve como modelo para centros turísticos locales en todo el mundo.
En toda Norteamérica, las áreas de esquí familiares están desapareciendo bajo la creciente presión financiera, el aumento de los costos operativos y la competencia de los grandes centros turísticos. Estas pequeñas pistas familiares, que alguna vez fueron el corazón de la cultura invernal local, han luchado por modernizar su infraestructura envejecida y atraer a un grupo cada vez menor de esquiadores, ya que muchos suelen optar por destinos de lujo. Su declive deja vacíos en las comunidades locales, donde durante mucho tiempo han sido centros de recreación asequible y vinculación comunitaria.
Shames Mountain en Columbia Británica enfrentó un destino similar a principios de la década de 2010. Incapaz de continuar como una operación privada, el área de esquí se tambaleaba al borde del cierre. Pero en lugar de dejar que su querida montaña desapareciera, la comunidad local se unió, transformando Shames en la primera cooperativa de esquí sin fines de lucro y de propiedad comunitaria de Canadá.
"Es uno de los centros de esquí más únicos del mundo. Aunque ni siquiera lo llamaría centro de esquí; es más bien un lugar para esquiar."



"Creo que puede servir como modelo para pequeñas colinas en toda América, quizás en todo el mundo."


La Cooperativa Shames Mountain prospera con un modelo que prioriza el acceso, la sostenibilidad y la participación local. Las membresías, el voluntariado y las aportaciones de los accionistas, la mayoría de ellos miembros de la comunidad, mantienen las operaciones funcionando sin problemas. Los habitantes locales organizan eventos para recaudar fondos, dedican tiempo al mantenimiento e incluso ayudan con el acondicionamiento de las pistas. Este sentido compartido de pertenencia fomenta una profunda conexión con la montaña, asegurando su supervivencia para las generaciones futuras.
El éxito de la cooperativa destaca una alternativa sostenible a las presiones de la consolidación corporativa, demostrando que al empoderar a las comunidades locales, las pequeñas áreas de esquí pueden prosperar como centros culturales y recreativos vibrantes. Shames Mountain no solo está sobreviviendo, es un faro de resiliencia e innovación impulsada por la comunidad en una industria cambiante.






